10 años, una alegría y mucho agradecimiento

10 años, una alegría y mucho agradecimiento

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Dos hechos marcan el comienzo de mi vida profesional. El primero surge una noche del año 1989 cuando con mi papi viajábamos a Potosí y conversamos sobre mi futuro (ese año me graduaba del colegio) y, en especial, sobre la sempiterna pregunta: ¿Qué estudiaré?

Preguntó mi papá qué es lo que quería hacer (no necesariamente lo que quería estudiar) en mi vida. Y la respuesta fue algo como: “Quiero ayudar a la gente, pero sin ser médico”. Ahí él, como siempre con sus buenos consejos, me dijo: “hijo, creo que lo tuyo es economía”.

El segundo tiene está relacionado con mi mami. Una mañana de 1990, conversábamos durante el desayuno… a las 6:30 am dado que siempre fuimos (los dos) lo que ahora llaman “morning persons”; por algún motivo programábamos nuestras actividades muy temprano en la mañana, ir al mercado, tomar desayuno, hoy mismo nos “whatsapeamos” muy tempranito. Bueno, el hecho es que esa mañana tenía mi primera clase de economía en la Universidad Católica (mi profesor fue quien ahora es un gran amigo mío, Ramiro Alborta) y estoy seguro de que mi mami sabía de mi nerviosismo. Por este motivo, ella (tan buena como siempre) me animó con su clásico y bienvenido: “hijito, todo saldrá bien y si no te gusta… pues te sales y no hay lío”. Dicho sea de paso, no son pocas veces que estas palabras me ayudan en momentos de difícil decisión.

¿Por qué un post tan personal? Porque si todo va de acuerdo con lo previsto, el año 2021 estaré de regreso a la querida Universidad Católica y con alta probabilidad tendré el privilegio de ser el director de la “poderosa” carrera de economía. Entonces, ustedes comprenderán, no puedo dejar de agradecer a estos dos muchachos (mis papás), sin ellos nada hubiera sido posible. Y no solo agradecerles el apoyo y el amor, agradecerles también la paciencia, desde ningún punto de vista yo soy una persona fácil de aguantar. Por ello, gracias chicos… les hablo a esos dos jovencitos que hace casi 49 años decidieron apoyarme en esta vida y a quienes quiero profundamente.

Y parece que los festejos no cesan. Porque coincidentemente este blog cumple (en esta semana) diez años de existencia. Como es usual, es muy fácil despegar, lo difícil es mantenerse en el aire y ello se debe (aunque suene a cliché) a ustedes, quienes me leen usualmente desde su celular (de acuerdo con Google analytics) y son testigos de todos mis devaneos y desventuras. Entonces ahí va una reverencia, con sombrero en mano, acompañado de unas sinceras “gracias”. Hace unos meses festejé el millón de visitas y ahora festejo los diez años.

Y para rematar con los clichés, quiero comentarles que luego de la charla con mi papá (en ese viaje del que les comenté) vi las estrellas y me preguntaba qué sería de mí en el futuro. Ahora te respondo “Mauri joven”: creo que estás donde quisiste estar alguna vez, así que disfruta el momento y agradece a tus papás.

S. Mauricio Medinaceli Monrroy

2 de diciembre de 2020

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