¿Cómo llegamos de exportar gas natural al Brasil por más de USD 9 millones por día a los USD 1,5 millones de hoy?

¿Cómo llegamos de exportar gas natural al Brasil por más de USD 9 millones por día a los USD 1,5 millones de hoy?

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Los pedidos (llamadas nominaciones) de gas natural por parte de PETROBRAS en estos días están en el orden de 10 MM de metros cúbicos por día. Ello significa 1/3 de la capacidad del ducto. Esto es menos de la cantidad mínima acordada en diciembre del año pasado. Esto significa, junto a otros factores, que la exportación diaria al Brasil es de USD 1.5 millones por día (en el pasado llegamos a más de USD 9 millones por día). ¿Cómo llegamos a semejante situación?

Son tres factores los que explican, desde mi perspectiva, la tormenta perfecta que tenemos hoy en día en el sector hidrocarburos:

1. El derrumbe en los precios internacionales del petróleo. El año 2020 enfrenta al sector hidrocarburos a una de sus peores crisis de precios de los últimos 20 años. Durante el año 2014 estos precios internacionales estuvieron por encima de los 100 dólares en barril, hoy en día estamos entre 20 y 30. Ello repercute directamente en los precios de exportación del gas boliviano a Brasil, de niveles cercanos a 9 dólares por unidad de gas hoy recibimos aproximadamente 4. 

2. La poca actividad exploratoria de los últimos 15 años hizo que la capacidad de producción de gas natural sea, hoy en día, muy baja y con tendencia decreciente. Por esta razón (y otras), en diciembre del año 2019 Bolivia tuvo que negociar la entrega de menores volúmenes de gas natural al Brasil. El mínimo de demanda contractual cayó de 24 a 14 millones de metros cúbicos por día. 

3. La pandemia que actualmente azota al mundo, también lo hace al Brasil. El 21 de marzo del año 2020 el gobernador de Sao Paulo decretó una cuarentena en la región. Ello naturalmente disminuyó la demanda por gas natural, incluido el boliviano. Por este motivo (y otros) Brasil no demanda los 14 acordados y hoy está en el orden de 10.

De esta manera tenemos esta tormenta perfecta que viene como una mezcla de: 1) mala suerte (bajos precios); 2) mala gestión (aplazo exploratorio de los últimos 15 años) y; 3) “más” mala suerte, el COVID. Todos esto afectará a la economía boliviana no cabe duda, menores ingresos, menores divisas, menores impuestos, todo ello deberá ser enfrentado con prudencia y celeridad. En el marco de la relación comercial amistosa que tenemos con Brasil de tiene más de 40 años. 

No son buenas noticias. Todos los miedos que venimos alertando hace muchos años atrás se hacen realidad: 1) dependencia de pocos mercados (Brasil y Argentina); 2) nulo descubrimiento de nuevas reservas; 3) excesiva dependencia de los hidrocarburos y; 4) poco margen para cubrirnos del riesgo de precios. Es tiempo de reconstruir este alboroto, hay las recetas, pero serán de otro post.

Un jueves 16 de abril de 2020, aún encerrado y lavando platos

S. Mauricio Medinaceli Monrroy

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