Darle a la Ley lo que es de la Ley y a la Nacionalización lo que es de la Nacionalización

Darle a la Ley lo que es de la Ley y a la Nacionalización lo que es de la Nacionalización

Comparte el artículo

Luego de severas (y no tanto) críticas al formato de la página, este economista (sin gusto alguno) hará su mejor esfuerzo por mejorarla, espero que ahora la letanía azul quede en el pasado y que el nuevo menú horizontal (que me dicen «es la moda») permita una navegación más amigable. También, y a pedido de muchos amigos del norte, me atrevo a introducir una versión en inglés, por supuesto, es un inglés «bien latino» que no pretende ser elegante, sino, hacerse entender.

Bien, comencemos con el tema que quiero compartir en esta oportunidad, la mundialmente famosa «Nacionalización de los Hidrocarburos en Bolivia». Ciertamente la cantidad de textos escritos al respecto es enorme, los hay a favor, en contra, con enfoque político, técnico, empresarial, social, antropológico, sociológico, histórico, mediático, etc. No cabe duda que, así como el «Diablo Etcheverry» puso a Bolivia en el mapa, la Nacionalización de los hidrocarburos tuvo un papel parecido.

Curiosamente lo que no es tan conocido es el verdadero impacto fiscal de la medida (o dicho de otra forma, cuánta plata entró gracias a la Nacionalización), dado que generalmente los ingresos que recibe el Estado Boliviano se manejan en cifras globales o agregadas. Ello por supuesto, no es el resultado del descuido de algún funcionario público, al contrario, es una inteligente forma de «ver las cosas».

¿Qué quiero decir con todo esto? Primero veamos cómo se presentan los «resultados de la Nacionalización», en la Figura 1 se muestran los ingresos para el Estado Boliviano provenientes del upstream hidrocarburífero. De esta forma, el éxito de la medida parece completo, a partir del año 2006, estos ingresos crecen desmedidamente, de ahí la euforia social por la cantidad de dólares que entran a las arcas del Estado (los datos del año 2010 son a septiembre).

Figura 1: Ingresos para el Estado del sector hidrocarburos (upstream) MM US$

Hasta aquí nada nuevo, sin embargo, veamos qué esconden estas cifras. Para ello, primero, analicemos la Figura 2, en ella presento el comportamiento del precio internacional del petróleo y del precio de exportación del gas Boliviano… la correlación es muy alta… pero no me sorprende. ¿Por qué? Porque cuando se negociaron los precios de venta de dicho gasal Brasil, durante la década de los noventa, se «ataron» los precios de exportación a los precios internacionales del petróleo. Por ello, si dichos precios internacionales suben, tomarán la mano de los precios del gas Boliviano y juntos subirán hasta Dios sabe dónde.

Figura 2: Precios internacionales del petróleo y de exportación del gas Boliviano

Segundo, veamos la Figura 3, en ella presento el volumen de exportación de gas natural al Brasil y Argentina. Durante el período en cuestión también se observa un crecimiento notable en esta variable, no es redundante además afirmar que los volúmenes de exportación a la República del Brasil (en verde en el gráfico) fueron acordados en la década de los noventa. Parafraseando un antiguo ejemplo utilizado, no sólo subió el precio del pan, también lo hizo la cantidad de panes producidos.

Figura 3: Volúmenes de exportación del gas Boliviano

¿Qué vimos hasta ahora? Que gracias a la coyuntura tremendamente favorable de precios y volúmenes de exportación del gas natural Boliviano, el «tamaño de la torta» tomó dimensiones que ni el más goloso de los técnicos Bolivianos en los noventas pudo anticipar, todo el Project Finance del proyecto de exportación se hizo esperando un precio del barril de petróleo de 20 dólares… al final ¡eran los noventas!

Y con todos los sospechosos en la sala, ya podemos develar el secreto. La Figura 4 presenta cómo participa el Estado Boliviano en la gran torta a la que me referí en el párrafo anterior. Vea estimado(a) lector(a), que en realidad el «grueso» de los ingresos que recibe el Estado proviene del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) – señalado en rojo dentro la figura- éste es un impuesto a la producción creado el año 2005… sí el 2005, un año antes de la Nacionalización, por el entonces presidente del congreso de la vieja República, Hormando Vaca Diez. Finalmente, la Nacionalización creó recursos adicionales (en azul) que ahora forman parte de los ingresos de la estatal petrolera Boliviana.

Dicho de otra manera, los parques, los colegios, las carreteras, el alumbrado público, la electrificación rural que ahora se realiza «con el dinero de los hidrocarburos» proviene del IDH, un impuesto creado el año 2005.

Figura 4: Ingresos para el Estado Boliviano del sector hidrocarburos (upstream) MM US$

Muchos colegas, cuando insinúan que es necesario descomponer los efectos de algún hecho económico, repiten la jocosa frase «como diría Jack el destripador: ‘vamos por partes'»:

Precios internacionales del petróleo elevados – fuera de nuestro control

Volúmenes de exportación notables – acordados en la década de los noventas

Un impuesto a la producción – creado el año 2005

La Nacionalización de los hidrocarburos – del año 2006

Fueron nuestros jugadores estrella en esta lucha histórica contra los malvados déficits fiscales, sin embargo, y como dirían mis buenos amigos mexicanos: «no se vale que sólo uno de ellos se lleve la gloria»… aún con la mano de Dios.

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, Enero 19 de 2010

No Comments

Post A Comment