El Consumo de Gas Natural y Gas Licuado de Petróleo en Bolivia

El Consumo de Gas Natural y Gas Licuado de Petróleo en Bolivia

Comparte el artículo

El debate respecto a la política de fijación de precios del Gas Licuado de Petróleo (GLP) y el gas natural en Bolivia se concentra en si dichos precios otorgan el incentivo correcto para promover mayor inversión y, de esta manera, generar niveles de producción que puedan satisfacer la demanda interna por ambos energéticos. En efecto, dado que actualmente sus precios se encuentran por debajo de su oportunidad internacional, muchas veces se menciona que dichos precios, en particular el del GLP, se encuentran subvencionados.

Debido a que el concepto de subvención tiene un alcance muy amplio, no son pocas las veces que el debate sobre el subsidio a estos dos productos es, por decir lo menos, poco amigable. Por una parte, se menciona que sólo si los costes de producción y comercialización se encuentran por encima del precio final de venta, entonces es posible discutir la presencia de un subsidio. Por otra, se afirma que no siempre un subsidio surge cuando la suma de los costes es mayor al precio de venta final, bien podría presentarse un subsidio cuando, aún en presencia de costes bajos, el precio del mercado interno es inferior a su oportunidad en el mercado externo.

Por supuesto, considerar cualquiera de las dos visiones explicadas en el párrafo anterior, conlleva distintas decisiones de política energética. De esta forma, si se considera que sólo existe un subsidio cuando los costes son mayores al precio, entonces la decisión final podría ser elevar el precio e igualarle a la suma de dichos costes, aún cuando el precio final quede por debajo de su oportunidad en el mercado externo. Por el contrario, si se considera que el subsidio surge cuando el precio del mercado interno se encuentra por debajo de su oportunidad internacional, la decisión de política energética bien podría ser, elevar el precio en el mercado interno hasta que éste sea igual al precio paridad de exportación, aún cuando este precio final quede por encima de los costes de producción y comercialización.

Considerar como alternativa la primera opción no parece la solución óptima, dado que el mercado actúa de forma implacable, ya que cuando los precios de mercado interno se encuentran por debajo de su opción internacional, surgen dos elementos negativos: 1) el comercio no formal eleva la demanda de forma extraordinaria y; 2) la inversión para incrementar la capacidad productiva de un país cae notoriamente. Por otra parte, la segunda opción, fijar los precios del mercado interno a su paridad de exportación, conlleva costos sociales no despreciables, ellos pueden resumirse en el comentario que alguna vez escuché a una buena ama de casa: «no entiendo por qué, si tenemos tanto gas, debemos sufrir cada vez que el precio en el mercado internacional sube ¿acaso no es nuestro gas?». Por supuesto, es tarea de los hacedores de política energética y social encontrar la solución a estos problemas y no así de la buena ama de casa.

En este sentido, y con el objetivo de otorgar mayores instrumentos de análisis para tan compleja situación, en el presente texto se reseñan algunas estadísticas sobre consumo de gas natural y GLP en Bolivia. En particular interesa conocer las características propias de las familias que consumen estos productos, puesto que, si el país decide adoptar un subsidio, en cualquiera de las formas ya anotadas, será necesario conocer quiénes se benefician de él y, quizás más importante, por qué sucede ello.

Los resultados aquí presentados son parte integrante de un estudio de mayor alcance realizado por Medinaceli (2009), en él se estimó una función de demanda por gas natural en Bolivia para luego analizar los cambios de bienestar ante modificaciones en los precios finales de venta. Debido a restricciones usuales, en este  documento sólo se presentarán estadísticas generales respecto al consumo de estos dos productos.

Es útil señalar que la fuente de información primaria son las Encuestas a Hogares, dentro el Programa de Mejoramiento de Encuestas y Medición de Condiciones de Vida (MECOVI), periódicamente realizadas por el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE). En esta encuesta se realizan preguntas que cubren las principales características del hogar, respecto a empleo, salud, educación, infraestructura, etc. por ello se constituyen en fuente de información primaria de gran valor.

La Tabla 1 presenta el consumo de gas natural, expresado en energía, para cada quintil de ingreso en el área urbana del país. Por ejemplo, las familias situadas en quintil de ingresos 1 (el más pobre) el año 2007 reportan consumir un promedio de 0.691 MM BTU/mes; por otra parte, las familias pertenecientes al quintil 5 (las de mayor ingreso) reportan consumir un promedio de 1.134 MM BTU/mes, es decir, consumen un 64% más de energía en comparación a las familias más pobres. De esta forma, puede apreciarse que el consumo de gas natural posee una alta correlación con el ingreso de las familias, a mayor ingreso… mayor consumo.

1: Consumo familiar promedio de gas natural (MM BTU/mes)

La Tabla 2 presenta el consumo energético de GLP para cada quintil de ingreso en el área urbana de Bolivia. Se observa también que mayor ingreso familiar implica un mayor consumo de GLP, sin embargo la relación es menor respecto del gas natural. Por ejemplo, mientras que en el año 2007 las familias del quintil más rico consumen un 64% más de gas natural que las del quintil más pobre, en el caso del GLP, este indicador disminuye al 39%. De esta forma se puede inferir que el volumen de energía consumido por las familias más ricas  es proporcionalmente mayor al de las familias más pobres  cuando dichas familias utilizan gas natural. En otras palabras, si las familias tienen acceso al gas natural, el consumo energético es mayor, probablemente porque el efecto sustitución es más acentuado, por ejemplo, un calefón eléctrico bien puede sustituirse por uno que funcione a gas natural, pero si la familia sólo tiene acceso a GLP, la sustitución no es sencilla

2: Consumo familiar promedio de GLP (MM BTU/mes)

La Tabla 3 presenta el porcentaje de familias que utilizan gas natural en cada quintil de ingreso, por ejemplo el año 1999 el 1.1% de las familias del quintil 1 utilizaban gas natural para cocinar y sólo el 0.6% de las familias del quintil 5 lo hacían. Sin embargo, con la política de expansión de redes de distribución de gas natural en Bolivia, el porcentaje de familias que ahora utilizan este energético es mayor, más aún, son las familias de mayor ingreso las que aprovechan de mejor manera dicha ampliación.


3: Uso de gas natural por quintil de ingreso -Urbano

El breve análisis realizado en este texto permite sugerir la siguiente hipótesis: las familias que se benefician en mayor proporción de una acometida de gas natural son aquellas que poseen un elevado ingreso. Las razones para ello podrían ser: 1) son estas familias quienes con mayor probabilidad podrían reconvertir su portafolio de bienes durables (por ejemplo, un calefón o el aire acondicionado) de energía eléctrica a gas natural; 2) las familias pobres en general sólo utilizan el GLP para cocinar, de esta manera, una acometida de gas natural ciertamente le permite un ahorro monetario, pero en menor escala y; 3) si bien no se aprecia en las estadísticas presentadas, dado que ellas sólo se referían al área urbana, los resultados nacionales (urbano y rural) evidencian que las familias más pobres en el país, utilizan leña y güano para cocinar, por ello, no son receptoras de los subsidios que tienen los precios del GLP y gas natural.

Ciertamente la principal limitación en este trabajo es la no disponibilidad de encuestas referidas únicamente al consumo final de energía por parte de las familias. La construcción de los modelos y los resultados encontrados, si bien son consistentes entre sí, deben ser confirmados y estimados nuevamente con nuevas encuestas exclusivas del sector energético. Aún así, los resultados no dejan de llamar la atención, curiosamente, las elevadas reservas de gas natural y el afán por incentivar su consumo, no siempre generan políticas socialmente progresivas. Ya en el final, será bueno reflexionar sobre aquella anécdota de una familia pobre del Chaco Boliviano, que sin tener los servicios de alcantarillado, agua potable y comunicación, posee la flamante instalación de gas natural en la puerta de su casa.

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, Diciembre de 2010

Tags:
,
No Comments

Post A Comment