El largo camino de la transición energética no solo consiste en comprar una bicicleta

El largo camino de la transición energética no solo consiste en comprar una bicicleta

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Porque si así fuera ya tendríamos en el país: La defensora de bicicletas, el pedido por precios subsidiados de bicicletas (y repuestos), la coordinadora de bicicletas, el contrabando de bicicletas, la empresa estatal de bicicletas, propuestas de nacionalización de las bicicletas y, finalmente, gente como yo… escribiendo en el blog de bicicletas.

Creo que este camino (que ciertamente debemos transitar) parte por quitar a los bolivianos al menos 3 golosinas de las que somos adictos: 1) las regalías; 2) los subsidios y; 3) los monopolios estatales. Como toda golosina se siente bien en el corto plazo, pero las consecuencias de mediano plazo (ni qué se diga del largo plazo) son muy dolorosas. Permítame desarrollar estas ideas.

1. Las regalías… y el IDH (impuesto a la producción de gas natural) añadiría yo. Están dentro la categoría de “conquistas sociales” y mucha gente las defiende (y defendió) incluso arriesgando su vida. En particular, el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) aprobado por Don Hormando Vaca Diez el año 2005 ha sido recibido (llámese repartido) por cuanta institución fue creada, vea esta Tabla, que armé respecto a la llamada “coparticipación” del IDH.

Y esta tabla es solo un “vistazo” general de lo que sucedió, si desglosamos por municipio, tendríamos una tabla de más de 300 filas. Ahora le pregunto: ¿el litio, la soya, el turismo, la exportación de electricidad, los automóviles eléctricos, los paneles solares, los biocombustibles, las bicicletas generan este tipo de ingresos fiscales? ¿se «reparten» de esta manera?

Así surge una segunda pregunta: Si eliminamos la producción de petróleo y gas natural, ¿cómo le compensamos a la gente que recibió, recibe y seguro recibirá estos recursos? No olvide, siempre existe la posibilidad de encontrar un nuevo megacampo; así que el argumento que las reservas se acaban es muy débil. Por tanto, dejar de producir gas natural o petróleo implica, también, buscar los recursos fiscales para financiar el gasto y la inversión pública.

2. Los subsidios. Sabe usted que, ¿para incentivar el uso de energía solar, bicombustibles, energía térmica es necesario eliminar el subsidio a la gasolina, el diésel, el GLP y el gas natural? Son tecnologías aún muy caras, por ello, su uso masivo requiere que las alternativas -gas natural, gasolina, diésel oíl- deban competir en igualdad de condiciones… es decir, sin subsidios.

Ello me recuerda a un viejo truco que practico en mis clases. Pido lo siguiente: “levanten las manos quienes quieran cuidar el medio ambiente? Y todos lo hacen. Segundo pedido: “levanten la mano quienes quieran pagar el triple en su factura de luz para cuidar el medio ambiente”. ¿Adivinen cuántas personas levantan la mano?… eso sí, el grillo siempre aparece con su sonido característico.

3. El monopolio estatal… ENDE. En economía mencionamos que, en este mercado, el de electricidad, existe una barrera artificial a la entrada de nuevas empresas. Dicho de otra manera, las leyes en nuestro país están escritas de tal manera que la única forma que una empresa pueda vender energía de fuentes renovables sea a través de ENDE. Y eso desanima a cualquiera y no porque las personas que trabajan en ENDE son de una forma u otra, si no, porque un privado generador de electricidad desearía vender su energía a quien quiera, al precio que quiera y como quiera, sin tocar las puertas de esta gran empresa estatal.

Pero claro ¿quién se anima a quitar el monopolio a ENDE? O, peor aún ¿tendría esa persona el apoyo popular?

Entonces, estimado lector, el camino hacia una matriz energética más amigable con el medio ambiente no solo es largo, si no también está lleno de enemigos… nosotros mismos.

S. Mauricio Medinaceli Monrroy

Aún encerrado

6 de marzo de 2021

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