El reciente «gasolinazo» en Bolivia y por qué mi hijito debe lavarse los dientes todos los días

El reciente «gasolinazo» en Bolivia y por qué mi hijito debe lavarse los dientes todos los días

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Con mi hijito aún no terminábamos de entender todas las posibilidades que nos permite armar el nuevo Lego-City cuando nos enteramos de la novedad de fin de año. Retomando viejas prácticas, el 26 de diciembre del año 2010 el Gobierno Boliviano decidió incrementar el precio de los principales derivados del petróleo – gasolina especial, diesel oil, etc. – en un afán de alinear dichos precios a su oportunidad internacional para «evitar el contrabando» y, como ya es usual, no beneficiar a las oligarquías criollas.

Ajustar el precio doméstico de los derivados del petróleo es una medida muy buena, dado que no genera perturbaciones en el mercado y por ello, estos precios cumplen uno de sus principales objetivos: otorgar información. Información sobre escasez y costos, tanto a consumidores como a productores, de hecho, tener precios muy por debajo de su oportunidad internacional generalmente es un dolor de cabeza.

Hasta aquí todo bien. Lo que me llamó la atención es la magnitud de la medida. Efectivamente, revisando las estadísticas de los últimos 20 años lo que sucedió el día domingo 26 de diciembre del año 2010 es históricamente notorio. La gráfica adjunta presenta la magnitud de los «gasolinazos» para el caso de la gasolina especial (una redundancia justificada, creo yo). Como se observa, los valores históricos se situaban entre el 8% y 35%, lo que vivimos ahora es un ajuste del 73%… sí, 73%.

¿Por qué semejante ajuste? Resulta que los mercados internacionales del petróleo vienen «enloqueciendo» desde hace unos años atrás, la «locura» máxima se alcanzó el año 2008, cuando el precio del petróleo sobrepasó, con creces, los US$/Barril 100. Desde ese momento, dicho precio se mantiene en el umbral de los 70 – 80 US$/Barril, aunque últimamente más cerca de la mítica barrera de los 100 US$/Barril.

De esta forma, el mundo comenzó a pagar precios altos del petróleo y sucedían acontecimientos a los que Bolivia sólo prestaba atención cuando, como consecuencia de ellos, el precio de exportación a la República del Brasil se incrementaba trimestre tras trimestre. Vivíamos en el mejor de los mundos, precios de exportación altos, precios domésticos bajos y, en lo particular, mi hijito daba sus primeros pasos y decía sus primeras palabras… todo era felicidad.

Lastimosamente los ajustes son dolorosos. Si no recuerde estimado(a) lector(a) aquella terrible época en la que por meses y meses no le prestó atención a esa muela que de vez en cuando dolía, hasta que llegó esa insoportable noche cuando tuvo que acudir al dentista, para que en cita de emergencia, con luz blanca y todo, usted sea parte integrante y activa del salón de la fama de los condenados.

El último domingo del año 2010 el precio de la gasolina nos mostró una nueva realidad, donde la energía dista de ser barata y por ello debe ser consumida de forma eficiente, porque al final del día, los precios, cuando no mienten, son una excelente fuente de información.

Ahora debo dejar la computadora y comenzaré la pelea para lavar los dientes a mi hijito, naturalmente él se niega a ello, por supuesto, al igual que todos nosotros, prefiere el beneficio de corto plazo aún cuando los costos de mediano y largo plazo sean terribles… quizás a sus tres años leyó en alguna parte: «en el largo plazo, todos estaremos muertos.»

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, Diciembre 26 de 2010

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