La inexactitud de la economía: Bill Gates y Storage Wars

La inexactitud de la economía: Bill Gates y Storage Wars

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La economía es una ciencia social inexacta.

Es interesante cómo la frase anterior contiene tres palabras que generan tanta polémica: 1) ciencia; 2) social; 3) inexacta.

SI recibiera un centavo por cada vez que escucho un chiste relacionado con que no debería existir un premio Nóbel en Economía, no sería millonario, pero sí tendría algunos dólares adicionales. La pregunta que muchos se hacen es si “la Economía es una ciencia”. Le invito a guglear “Is Economics a Science?” y verá el debate que ronda por las redes. Ciertamente es una discusión sabrosa, pero a la que no quiero entrar en este momento, porque es fácil caer en interminables charlas sobre semántica, ciencia y méritos… además que puede ser muy aburrida.

Mejor, quiero concentrarme en el tema de la parte social. Si asumimos que es una ciencia social (lo que hago siempre) entonces no debería asustar el hecho de que el objeto de estudio es el ser humano y, según la Marthita y mucha gente más, no hay ser más social que el ser humano. Por ejemplo, en el condominio donde vivo hubo muchas reuniones (presenciales) para discutir el aislamiento… nos gusta reunirnos, conversar, bailar… ¡cómo nos gusta bailar! Y es porque somos seres sociales. Este Sr. Yuval Noah piensa que el avance del ser humano, sobre las otras especies, se dio gracias (entre otros) a nuestra capacidad de actuar en grupo… yo añadiría, también a nuestra capacidad para pensar como grupo.

Entonces, la economía no tiene una tarea fácil, debe estudiar a un ser muy difícil de entender, es un fregado pues este ser. Déjenme contarles algo. La teoría económica clásica anticipa que, en una subasta, el precio de venta será (en general) igual a la mayor valoración; dicho en otras palabras, se vende la cosa a quién más le guste (o la valore). Ok, hasta aquí todo bien, esta teoría debería funcionar en todos los aspectos.

¿Y qué hace el ser humano? Hay un programa muy divertido que se llama “¿Quién da más?” (Storage Wars… así como Star Wars). El malvado de ese programa se llama Dave y ¿Qué le gusta a Dave? Subir el precio en las subastas solo para fregar al resto. Lanzando la teoría al tacho.

Ante el comportamiento de Dave ¿qué hacen los economistas? Aquí al menos hay dos grupos: 1) los que afirman que Dave no actúa bien porque no lo hace como predice la teoría y; 2) los que cuestionan la teoría a la luz de los hechos. Ello me recuerda a una vieja historia que me contó mi buen amigo Milton:

– Maestro, los datos no cuadran con la teoría (dijo el aprendiz)

– Si los datos no cuadran con la teoría… entonces, peor para los datos (respondió el maestro)

Y este contubernio sigue. A los pobres muchachos que estudian economía les cuentan la siguiente historia:

– Bill Gates gana USD 380 por segundo (cuenta el profesor)

– Bill Gates… yo quiero ser así de millonario (piensa el estudiante)

– Entonces, si Bill Gates viese un billete de USD 100 en la calle, la teoría económica predice que no debería recogerlo… porque claro, gana más en cada segundo (reflexiona el profesor)

– Pero qué porquería de teoría (pensará el alumno)

Siendo como es este Bill Gates, yo creo que recogería hasta una moneda de 25 centavos.

Chistes aparte, el asunto es que la Economía estudia algo que: 1) está en constante cambio y; 2) una vez que se lo estudia… cambia. Ese algo es usted, yo, el Santi… hasta el Botitas, bueno quizás el Botitas no. ¿O sí?

Es por eso que, desde mi perspectiva, la economía es inexacta. No cabe duda de que hay temas fáciles de predecir, si usted arroja un billete de cien dólares a la calle, con alta probabilidad lo recogerá el primero en pasar (así sea Bill Gates); aquí usted sí puede hacer el modelo matemático y econométrico que tanto le gusta. Pero hay situaciones (quizás la mayoría) donde anticipar el comportamiento es más complejo, y por ello, los modelos se equivocan… bueno, las matemáticas no se equivocan, yerran quienes desean aplicarlas en determinados contextos.

¿Insinúo que abandonen sus cursos de econometría, estadística y matemáticas? No, de hecho, les obligo a que los terminen felices de la vida y con excelentes notas. Lo que trato de decir es que abran sus mentes, hagan su tarea numérica pero luego hagan su tarea social. Como siempre me recuerda la Marthita: “habla con la gente… no seas un salvaje”.

Veo la tarea de los economistas como la de un equilibrista que intenta cruzar un precipicio utilizando una soga. De un lado el afán por encasillar todo en un mundo ordenado, cuadrado y cerrado; del otro lado, un mundo donde se hacen las afirmaciones mas descabelladas sin ningún sustento lógico, estadístico y con el mayor grado de insensatez posible. Caer en cualquiera de los dos lados será un problema. Cruzar el precipicio… ésa es una linda meta.

Ya son las 7:38 am… les dejo, porque debo terminar un modelo estadístico que me quitó el sueño, pero como soy un ser humano… soy contradictorio y extraño; por eso decidí procastinar escribiendo este post en lugar de terminar ese modelito que me dará de comer en el futuro.

¡Un abrazo!

S. Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, 7 de julio de 2020

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