Los colores de la nacionalización

Los colores de la nacionalización

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No son pocas las veces que se afirma que el proceso de Nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia generó una cantidad de dinero tan grande, que toda la bonanza económica del presente se debe a esta medida. De hecho, la comparación entre el pasado «neoliberal» y el presente «bienaventurado» es alimento de todos los días, sobre todo al momento de inaugurar una obra pública o en la entrega oficial de obsequios a la población. Por este motivo, quiero en esta oportunidad precisar algunos «detalles» que no son mencionados, pero que marcan una gran diferencia.

Comencemos «por el principio», primero veamos cómo se muestran los datos «oficiales» respecto al dinero que entra al Estado por parte del sector hidrocarburos. La siguiente figura presenta dichos ingresos (en millones de US$) para el período 2000-2011, en ella se observa claramente un incremento notable a partir del año 2006. Entonces no es novedad que semejantes cifras lleven a un éxtasis discursivo, antes los aportes del sector apenas llegaban a los 300 millones de US$, ahora sobrepasan los 2,500 millones de US$… pero qué apoteosis!

Lo que no se dice, repito… no se dice o menciona, o compara, o toma en cuenta, es el tamaño de la «torta» durante todo este período, es decir, el total de ingresos brutos por concepto de explotación de gas natural y petróleo en Bolivia (medidos en Boca de Pozo). Una comparación entre el pasado y presente sin tomar en cuenta el «tamaño de la torta» es tan sesgado, pero tan «lleno de magia», que quiero utilizar un ejemplo para exponer mi punto.

Usted es una persona afortunada, tiene salud, educación, una linda familia y un buen trabajo, en el que su salario es lo suficiente como para vivir en paz y sin deber nada a nadie. Como es un buen ciudadano, paga sus impuestos regularmente y lo hace en función a su ingreso laboral, como es un salario normal, el pago de sus impuestos también es razonablemente bueno. Ahora imagine que la vida le sonríe, la vida da un giro y un tío, del que poco recuerda, le nombra heredero de una gran fortuna, una fantástica fortuna. Usted, luego del desmayo inicial, no dejar de saltar de alegría y con su familia comienzan a delinear una nueva vida (muchos dirán que ahora su vida será más complicada, pero dejo ello para otro día). Lo cierto es que ahora que usted es millonario, también debe pagar más impuestos… el fisco no perdona, queridas amigas y amigos. En este sentido, ¿sería correcto afirmar que antes usted pagaba pocos impuestos porque era, por decir lo menos, un mal ciudadano? ¿No sería acaso mejor comparar el pago de sus impuestos con lo que usted efectivamente ganaba? Bueno, es la respuesta a la última pregunta lo que nos obliga a comparar el pago de los impuestos con el tamaño de la torta, porque vamos! «no se vale» una comparación tan sesgada.

Es por ello que invito a analizar la siguiente figura, en ella no sólo presento el pago total de impuestos, sino también (a través de la línea roja) también muestro el tamaño de la torta. Ajá… aquí las cosas comienzan a tomar más sentido, veamos, el año 2000 la «torta» era de 500 millones de US$, de los cuales 220 millones «se fueron para el Estado». Por otra parte, el año 2011 el tamaño de la torta fue 3,900 millones, de los cuales 2,700 se «fueron para el Estado». Realizando la analogía, durante la primera mitad de la década pasada, el sector petrolero en Bolivia era bien parecido al personaje del sueldo modesto que señalé en el párrafo anterior, pero a partir del año 2006, Bolivia recibe «la herencia» del tío millonario, que en los hechos viene en la forma de: 1) mayores precios internacionales del petróleo y; 2) un contrato de exportación de gas natural al Brasil en su máxima plenitud.

Una vez aclarado que la bonanza fiscal que vive Bolivia en este momento se debe, fundamentalmente, a una «torta» más grande, también es útil introducir colores al gráfico… los colores de la Nacionalización. Una vez más «no se vale» ponerle un solo color a los ingresos del Estado por parte del sector hidrocarburos, es necesario diferenciar los impuestos. Por ello les presento la siguiente figura, en ella vemos que los aportes del sector al Estado están compuestos de: 1) regalías; 2) el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y; 3) los recursos de la nacionalización. Si vemos con cuidado y mucha calma advertimos que el grueso de recursos fiscales proviene del IDH (el área roja), impuesto creado el año 2005… si! un año antes de la nacionalización!

Esta semana estuve con muchas reuniones «en el centro» de La Paz, por ello abandoné mi cueva y caminé por las calles de mi linda ciudad. Muchas personas entran, salen, venden, compran, reclaman… viven! y mientras veía ello, me pregunté ¿a cuántos de ellos les interesan estas cosas? ¿nacionalización, precios internacionales, exportación al Brasil, impuestos?… al final les interesa «que hay plata» y con ello son felices. Regresé algo triste a mi burbuja y me puse a escribir este blog, pensando, quizás, en la propia existencia.

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, agosto 23 de 2012

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