¿Qué tan competitivo es el gas boliviano en Brasil? Resultados de un ejercicio numérico

¿Qué tan competitivo es el gas boliviano en Brasil? Resultados de un ejercicio numérico

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Ya por cumplir más de una semana en Brasilia, un letrero al frente del hotel (donde se encuentra una estación de servicio de Shell) me mira amenazante: “Etanol Comun 3.199 Gasolina Comun 4.079”. Esto podemos traducirlo como: precio de un litro de etanol USD 0.82 y un litro de gasolina común USD 1.05; sin embargo, podemos ir más allá, un litro de etanol Bs 5.71 y un litro de gasolina Bs 7.31. Brasil es un país muy lindo y la gente es muy buena, pero al mismo tiempo es un país donde los precios domésticos intentan seguir a los precios internacionales, a ello no escapan los combustibles.

Mientras pensaba en ello, recordé el paper que escribí con mi buen amigo Jorge Gumucio (ya les conté sobre él en un post anterior). En ese documento calculamos, entre otras cosas, rangos de precios aceptables para fomentar la exploración y explotación en Bolivia y al mismo tiempo ser competitivos en Brasil, naturalmente en el mercado de gas natural.

Vamos por partes.

Imagine que usted desea vender un producto en su querido barrio, digamos mermelada casera (utilizando la receta de su abuelita). Una de las primeras preguntas que se hará es ¿A qué precio puede vender esta mermelada? La respuesta usual es: al precio que los consumidores quieran pagarla. Entonces ¿Cuál es el precio máximo que los consumidores pueden pagar? Pues será el precio de la mermelada importada que ellos (los consumidores) compran.

La razón es clara, si el precio de su mermelada es mayor al precio de la mermelada importada, pocos comprarán su producto… yo creo que ni su abuelita; por otra parte, si su precio es igual o menor al precio de la mermelada importada, entonces los consumidores sí verán su mermelada como una posibilidad. Y así muchos disfrutarán el sabor de la receta de su abuelita.

Sucede algo parecido en el mercado de gas en Brasil, ahora este país puede comprar gas natural importado a través del mar (el llamado LNG) – que sería el equivalente a la mermelada importada. Entonces, si el gas natural boliviano quiere se “competitivo” (la mermelada hecha por usted) debe partir del precio de importación “hacia atrás” (un ejercicio de netback).

Veamos cómo funciona esto. Partimos del precio de importación de LNG en Brasil:

Ahora restamos la tarifa de transporte en Brasil (el sistema dentro el círculo celeste):

De esta manera encontramos el precio del gas “en la frontera” señalado con el pequeño círculo en verde:

Si ahora deducimos la tarifa de transporte en territorio boliviano (el círculo negro):

Tenemos el precio “en Río Grande” (ese pequeño círculo violeta):

Finalmente, si deducimos la tarifa de transporte dentro de Bolivia se tiene el precio que recibe el productor o el “famoso” precio en boca de pozo (en rojo):

En este contexto, la pregunta que nos planteamos en el paper es: ¿El precio en boca de pozo resultante del ejercicio de “netback” es atractivo para el inversionista? O, dicho en otras palabras: ¿El precio del área roja cubre los costos de exploración, explotación y una ganancia razonable para el productor en Bolivia?

La siguiente Figura presenta la situación ya con números. Como resultado del “netback” el precio al productor es 6.38 USD/MM BTU, pero el precio que necesitaría dicho productor (incluyendo los costos de exploración) es 7.99 USD/MM BTU, es decir, el rango de precios que Bolivia necesita para explorar y producir nuevas reservas está muy por encima del precio netback… no somos competitivos en el Brasil. Aquí debo remarcar que no faltan los analistas que con estas cifras concluyen que el precio en Boca de Pozo debería ser 7.96… eliminando (de un plumazo) los costos de transporte.

La historia no termina aquí. ¿Por qué no somos competitivos? Porque los impuestos aplicados al productor en Bolivia son demasiado altos (entre los más altos del mundo). Por ello, el Gobierno boliviano resolvió entregar un “subsidio” a las petroleras en la forma de incentivo a la exploración… en pocas palabras, les devuelven a las empresas parte del IDH pagado.

Con el subsidio la nueva situación es la que se presenta a continuación. Claramente el precio que necesita el productor boliviano (5.16) es menor al precio netback (6.38) por ello, “el gas boliviano puede competir con el precio del LNG en el mercado brasileño”.

Si bien ahora el gas boliviano es marginalmente competitivo, ello es a costa de menores impuestos. Como decía un buen y querido amigo petrolero: “al final Mauricio, del mismo cuero salen las correas”. Una vez más, el analista despistado (que comenté anteriormente) consideraría injusto el precio en boca de pozo de 6.38 porque erradamente lo compararía con el precio de 7.96.

Nota técnica: Si bien en el documento pueden encontrar todos los detalles de las estimaciones, menciono las más importantes aquí: 1) para estimar un precio viable para el productor utilizamos el método EMV con una tasa de descuento del 15%; 2) las tarifas de transporte utilizadas para el cálculo dle netback ya consideran que el ducto fue parcialmente amortizado; 3) el precio del LNG utilizado (en Brasil) es el observado cuando el WTI es 60 USD/Barril y; 4) la participación de YPFB en los contratos de exploración y explotación se asume un 10% de la utilidad.

¿La buena noticia? Sí podemos ser precio-competitivos con el LNG en Brasil. ¿La mala? Esta competitividad es a costa de menores impuestos, por tanto, la nueva venta de gas al Brasil no generará la misma cantidad de recursos fiscales a Bolivia y, como consecuencia, tendrá un menor efecto multiplicador sobre la economía.

Mauricio Medinaceli Monrroy

Brasilia, 14 de diciembre de 2018

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