03 Mar ¿Quién gana, quién pierde cuando el precio del petróleo sube?
(Artículo publicado en el periódico Página Siete el 3 de marzo de 2022)
El artículo pasado comenté sobre el impacto en la economía boliviana cuando el precio del petróleo sube. Dije que si bien ganamos por mayor precio de exportación de gas, perdemos con mayor importación (y subsidio) al diésel oíl y gasolina. Luego de ese texto, recibí muchas preguntas sobre cuánto recibimos y cuánto perdemos, así, en dólares. Por ello, a continuación presento algunas cifras y sus “dueños”.
Uno de los principales problemas cuando se utilizan muchas cifras en un artículo como éste, es que muchos lectores lo dejan a un lado ¿La razón? Pues que tienden a marear. Millones por aquí, millones por allá, en bolivianos, en dólares, en barriles, en metros cúbicos, en pies cúbicos, la lista es interminable. Ante este desafío, lo que haré es utilizar cifras aproximadas y redondeadas, que permiten tener una idea general de lo que deseo transmitir pero (siempre el pero) no son del todo precisas. Vamos paso a paso:
* El año 2015 cuando la producción era elevada, el incremento de 1 dólar en el precio internacional del petróleo aumentaba las exportaciones anuales de gas natural en USD 60 millones.
* El año 2022 cuando la producción es baja, el incremento de 1 dólar en el precio internacional del petróleo aumenta las exportaciones anuales de gas natural en USD 30 millones. Así es, la mitad.
* El año 2015 cuando la producción era elevada, el incremento de 1 dólar en el precio internacional del petróleo incrementaba las importaciones de combustibles en USD 7 millones.
* El año 2022, cuando la producción es baja, el incremento de 1 dólar en el precio internacional del petróleo incrementa las importaciones de combustibles en USD 15 millones. Así es, más del doble.
En este sentido a la pregunta ¿Cuánto ganamos hoy cuando el precio internacional del petróleo sube un dólar? La respuesta sería: ganamos 30 millones pero la mitad se “pierde” en importaciones. En el pasado, cuando la producción era alta, ganábamos 60 millones y un poco más del diez por ciento se “perdía” en importaciones.
Hasta aquí todo más o menos claro, digo más o menos, porque ya las cifras comienzan a danzar y eso necesariamente desconcentra.
Cuando digo “ganamos” o “perdemos” hablo como país. Pero resulta que si acercamos la lupa esta historia toma algunos matices. Primero, quienes ganan son Gobernaciones, Municipios, Universidades Públicas, el Fondo Indígena, etc. Es decir, las instituciones que reciben dinero del llamado Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), ya que estas recaudaciones suben por mayor valor de las exportaciones de gas natural.
Segundo, quienes “pierden” son el Tesoro General de la Nación, Gobernaciones, Municipios e YPFB, porque a mayor valor de las importaciones, mayor valor del subsidio y, por tanto, menos recursos para dichas instituciones. En este caso, se activa un impuesto negativo (subsidio) en el IEHD, Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados. A los lectores interesados en revisar estas cifras con más detalle, les invito a descargar un documento que escribí hace unos meses atrás, va el link: https://bit.ly/2VWP64I
Para finalizar, quisiera presentar la siguiente tendencia:
* Año 2016, por cada dólar exportado de gas natural se importaron 19 centavos de combustibles.
* Año 2017, por cada dólar exportado de gas natural se importaron 34 centavos de combustibles.
* Año 2021 (primer semestre), por cada dólar exportado de gas natural se importaron 64 centavos de combustibles.
¿Por qué esto me preocupa? Menos exportaciones y más importaciones hacen que la cantidad de dólares en la economía sea menor, las llamadas “divisas”. Como Bolivia no pueden imprimir dólares, solo Bs, entonces estamos en apuros; ya que con menos dólares cada vez será más difícil que usted compre ese nuevo celular que tanto lo desea… porque, querido lector, los fabricantes chinos aceptan dólares no Bs.
Pasó la época de cosecha y ahora viene la época de siembra, la posibilidad de cambio ya no se encuentra en manos de los técnicos, el cambio ahora está en arenas políticas. Pero eso, mis amigos, será motivo de otro artículo.
S. Mauricio Medinaceli Monrroy
La Paz, marzo 3 de 2022
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