
07 Nov Saturno, Titán y los mercados del gas natural
Nací en 1972 cuando la carrera espacial estaba en pleno auge, luego de algunos años tuve el gusto de vivir en Venezuela (donde los niños eran considerados miembros importantes de la sociedad) hasta el año 1978 cuando regresé a Bolivia. Estos acontecimientos asociados al apoyo constante de mi papá, originaron que gran parte de mi vida esté rodeada de «asuntos del espacio», por ello mis primeros dibujos trataban sobre cohetes, naves espaciales y en general, todo lo que está más allá de nuestra buena y apacible luna. La vida y sus cosas hicieron que me dedique a la economía, en particular a la economía energética, sin embargo, no puedo evitar leer, de cuando en cuando, las apasionantes noticias sobre la aventura del hombre en el espacio.

¿Y por qué esto es importante? Bueno, resulta que la forma cómo se presentan estos compuestos en Titán cambió los mercados del gas natural en el planeta Tierra. Hasta hace algunos años, la compra y venta de este producto necesitaba, en muchos de los casos, la construcción de un gasoducto (en sencillo, un tubo) que conecte el campo productor con el consumidor final. Así por ejemplo, el gas natural situado a 3 kilómetros bajo tierra de un determinado país podía ser quemado por la gentil ama de casa en otro país (a 3,000 kilómetros de distancia) para preparar ese sabroso espagueti y hacer las delicias de la familia.
Es así que el mundo era feliz, construíamos gasoductos de gran envergadura y “bien largos”, hacíamos contratos de largo plazo y los monopolios (y monopsonios) estaban en su auge… en simple, pocos manejaban mucho. Pero la tecnología avanzó e hizo lo que usualmente hace, cambiar la forma cómo vemos y hacemos las cosas. De pronto alguien pensó que no era necesario construir un tubo para transportar gas natural, en su lugar lo que debía hacerse era situar dicho gas a una temperatura tan baja (como la de Titán) para que deje su estado gaseoso y pase al buen y económico estado líquido.
Este “pequeño” cambio tecnológico hizo que los mercados del gas natural se modifiquen dramáticamente. De pronto el gas natural podía transportarse en cómodos y baratos barcos a través del mar, por ello, ahora el comercio de este producto es intercontinental y los antiguos monopolios (único vendedor) y monopsonios (único comprador) comienzan a ser expulsados de sus zonas de confort, dado que ahora enfrentan uno de los hechos más significativos de la economía de mercado: la buena competencia.
Observe amable lector, a través de esta figura, cómo se incrementó la capacidad de licuefacción en el mundo, es decir, la posibilidad de hacer líquido el gas. Al año 2010 ésta representó casi el 40% del comercio internacional de dicho producto. Otra cifra impactante, es el número de embarcaciones (barcos) construidas por año, en la década pasada esta cifra se duplicó respecto de aquella observada en la década de los noventa.
¿Cómo vamos en casa? Y cuando menciono “casa” me refiero a Sud América. Resulta que en este momento vivimos una de las épocas más entretenidas en la evolución del mercado del gas natural. Hasta hace algunos años sólo las noticias de gasoductos entre Argentina y Chile y ese “grandote” que comunica Bolivia con Brasil, eran sustantivas en la región. Sin embargo, ahora otros hechos son por demás interesantes, Argentina, Brasil y Chile compran gas natural líquido (sí, como el que se encuentra en Titán) de regiones alejadas y por su parte, en Perú ya opera una planta que permite hacer líquido el gas y así poder venderlo a regiones muy alejadas, Estados Unidos de América por ejemplo. En este contexto, el gas natural Boliviano, o mejor dicho, los hacedores de política energética en Bolivia, deberán aguzar el ingenio para enfrentar una competencia que dejó de ser una posibilidad para convertirse en un hecho de la realidad.

S. Mauricio Medinaceli Monrroy
La Paz
Noviembre 7, 2011
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