La Desagradable Ley de Demanda

La Desagradable Ley de Demanda

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Cuando una muy buena amiga regresó de la China, luego de un viaje por trabajo, mi primera pregunta fue: ¿qué tipo de problemas económicos tiene semejante país? La respuesta fue muy sensata y clara: «Mauri, en la China tienen los mismos problemas nuestros, sólo que en mayor escala». Ciertamente la relación entre países pequeños y grandes no es lineal, pero el mercado tiende, caprichosamente, a comportarse de igual forma ya sea en Bolivia o la China.

Pese a que la economía es una ciencia social y por ello, realizar alguna inferencia acerca del comportamiento humano es muchas veces una pesadilla, sorprende cómo aún con esta dificultad podemos encontrar comportamientos sencillos y predecibles. Uno de ellos es la famosa «Ley de Demanda», ella establece algo muy claro: a menor precio mayor demanda.

Estrategias para incentivar el consumo disminuyendo el precio las encontramos a menudo en nuestra vida: 1) la mala racha de algún equipo de fútbol muchas veces se acompaña con menores precios de las entradas ; 2) cuando la calidad de un restaurante es dudosa usualmente los precios son sospechosamente bajos; finalmente 3) cuando los años deprecian nuestro activo llamado «belleza», el valor de los regalos recibidos es notablemente menor (quizás en este caso, lo correcto debiera ser sustituir el activo belleza por algún otro, por ejemplo, buena compañía… ok, dejemos ello para otro post).

¿Por qué tanto aburrimiento con la Ley de Demanda? Resulta que parte del alboroto que en este momento tiene Bolivia con el problema del «subsidio» a la gasolina y diesel, bien puede explicarse con este concepto.

Para comenzar veamos que pese a que la economía Boliviana es pequeña, «el negocio» de la gasolina y diesel es muy… muy atractivo. Un par de indicadores ayudarán a dimensionar ello. Cada centavo en el precio de la gasolina «mueve» alrededor de US$ 1.4 millones anuales, por su parte, cada centavo del diesel oil nacional significa US$ 0.7 millones al año. Entonces, querido lector, cuando por ejemplo se anuncia que el precio de la gasolina subió 10 «centavitos» en realidad, lo que usted debería conocer es que «alguien» recibirá ese año US$ 14 millones, si ello sucede con el diesel oil otro «alguien»  (o el mismo) recibirá US$ 7 millones.

Como corolario, déjeme contarle que el «gasolinazo navideño Boliviano» del año 2010, incrementaba el impuesto a la gasolina en 273 centavos y el del diesel oil en 308… aquí aplica lo que alguna vez me dijo mi papi: «hijo, cuida los centavos, que los millones se cuidan solos». Vamos! De haberse mantenido el gasolinazo el Estado Boliviano, sólo en diesel oil nacional y gasolina, hubiera recaudado más de US$ 500 millones… casi el 3% del PIB ¿nada mal eh?

En Bolivia los precios de la gasolina y diesel oil se encuentran «congelados» desde hace más de 5 años, ello ocasionó que en términos reales dichos precios disminuyan en cada ajuste inflacionario. Por lo tanto, gracias a la bendita ley de demanda, se aprecia un incremento notable en las ventas.

Vea las siguientes figuras, a través de ellas presento las ventas de ambos productos (demanda) en Bolivia, durante los últimos años. Luego de construir estos gráficos, quedé impresionado con el comportamiento de la gasolina, a partir del año 2006 la demanda por este producto crece a un promedio anual mayor al 13%… francamente notable.

Lastimosamente la producción (oferta) nacional no acompañó semejante crecimiento de las ventas. En las siguientes figuras éstas se contrastan con los volúmenes refinados de gasolinas y diesel oil. Cabe destacar dos aspectos: 1) hasta hace algunos años, la producción interna de gasolina era mayor la demanda, sin embargo, en los últimos años (datos dentro el círculo rojo) la situación se invierte… de ahí la necesidad por importar este producto. 2) En el caso del diesel oil se observa que si bien antes ya importábamos volúmenes considerables, en los últimos años la situación se agravó; basta con ver cómo las barras en azul (producción interna) disminuyen y las barras amarillas (demanda) no dejan de incrementarse.

¿Cómo pudimos llegar a semejante situación? Como ya lo mencioné, precios bajos de un bien generalmente tienden a incrementar su demanda, tanto interna como externa (el llamado contrabando) si a ello le suma tasas de crecimiento del PIB elevadas y bajos precios de compra de vehículos importados (en el período 2005-2009 el parque automotor se incrementó en más del 68%), obtiene los ingredientes centrales para el actual  contubernio energético.

Por el contrario, las noticias en el lado de la oferta no son alentadoras, dado que la producción de petróleo boliviano no deja de caer desde hace un tiempo atrás. De las muchas razones que explican este hecho, considero importante mencionar dos:

  1. El precio de compra de crudo, por parte de las refinerías, es de $/Barril 25.
  2. Los productores de petróleo pagan, entre impuestos a la producción, regalías y nacionalización, más del 50% de sus ingresos brutos… sí, brutos, no de su utilidad.

Tal mezcla explosiva, bajos precios del petróleo y elevada carga tributaria, ocasionan que el margen bruto de los productores de petróleo (para cubrir costos de operación, capital y obtener alguna utilidad) sea aproximadamente $/Barril 10.

¿Cómo podría resumir el mercado hidrocarburífero en Bolivia? Imagine que usted y su hermano son médicos, usted es un esforzado médico de niños y su hermano (siempre del jet set) es cirujano plástico. Usted, dado que hay mucho niño pobre en Bolivia, está obligado a vender sus servicios a precios muy bajos, por el contrario, su afortunado hermano generalmente viaja para operar a celebridades en el Brasil. Claramente los ingresos de su hermano son mayores a los de usted, pero la política tributaria en Bolivia obliga a los dos a tributar el 50% de sus ingresos brutos al Estado… al final, ambos son médicos!

¿Qué sucede con el tiempo? Su hermano tranquilamente paga los tributos que le obligan, ya que el negocio de la cirugía plástica en Brasil está mejor que nunca, por el contrario, usted apenas da abasto para atender al ejército de niños que diariamente entra a su consultorio… es más, alguien comienza a traerle niños del Perú.

La analogía está completa, la situación suya es muy parecida a la situación de la producción de petróleo y la de su hermano (el afortunado cirujano) se parece a la del gas natural exportado al Brasil.

Ayer, cuando le dije a mi hijito que tome su sopa, él me respondió: «no papá, mejor lo haré mañana», ello hizo que me pregunte qué tan razonable es gobernar obedeciendo al pueblo cuando éste no tiene toda la información.

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, Febrero 2, 2010

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