Chuquiago, Carloncho y el sector hidrocarburos en Bolivia el 2017

Chuquiago, Carloncho y el sector hidrocarburos en Bolivia el 2017

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“Chuquiago” es una muy linda película boliviana de la década de los 70’s, un éxito de taquilla que en su momento mostró las distintas realidades de una sociedad paceña llena de contradicciones. Esta película gira en torno a 4 personajes centrales: 1) Isico, un niño campesino “abandonado” en la ciudad; 2) Jhonny, un muchacho de las “laderas” paceñas en constante contradicción con sus raíces familiares; 3) “Carloncho” (perfectamente interpretado por David Santalla) un “típico” funcionario público  y; 4) Patricia, una linda y enamoradiza universitaria quien reniega del carácter burgués de su familia (en particular de su papá) e intenta ser parte del movimiento reaccionario universitario de la época. Está demás invitarles a que vean esta linda pieza de la cinematografía boliviana.

Quiero concentrarme en “Carloncho”. La historia comienza un viernes por la mañana donde a través de escenas muy bien armadas, se advierte una familia de clase media hacia abajo, con fuertes problemas económicos y el papá (Carloncho) feliz porque en la noche celebrará el “viernes de soltero”, situación que ciertamente no hace feliz a su esposa. Para los amigos “no bolivianos”, en los llamados “viernes de soltero” los trabajadores de oficina (usualmente empleados públicos varones) se reúnen en varios locales públicos de la ciudad a tomar (alcohol naturalmente), jugar dados y, en no pocas veces, la juerga termina en un night club.

Bueno, el asunto es que en la película Carloncho se queja por la falta de dinero aunque irónicamente igual “celebra” el viernes de soltero. Existe una versión de la película “Chuquiago” (que es la más difundida) en la que el este personaje muere luego de un tremendo viernes de soltero. Por otra parte, en una versión menos difundida, se advierte que Carloncho muere al día siguiente de dicho viernes de soltero debido a un ataque al corazón, luego de enterarse que ganó la lotería. En esta última versión, los amigos de Carloncho se reparten el premio de la lotería (dividiendo el billete) y le “regalan” unos pesos a la esposa durante el velorio.

Ahora viene la pregunta ¿Y qué tiene que ver todo esto con el gas natural? El asunto es que el “querido” Carloncho camuflaba, en algún sentido, la falta de dinero con la esperanza de ganar la lotería. No había para mantequilla en el desayuno, pero sí había el billete de lotería en el bolsillo de la camisa… algo parecido sucede con el sector hidrocarburífero en Bolivia. Las grandes promesas de reservas contrastan severamente con la precaria situación del sector.

Veamos qué quiero decir.

En los últimos días se habló de un potencial gasífero entre 12 y 120 TCF’s de reservas en Bolivia. Es una cifra que realmente asombra… un premio de lotería realmente magnífico. Sin embargo, lo que no llena los titulares de prensa es el pobre desempeño del sector el año 2017. Utilizando datos publicados por el Ministerio de Minas y Energía de Brasil y el Ministerio de Energía y Minería de Argentina (a falta de datos oficiales en Bolivia) veamos los datos de nuestro país. Entre paréntesis, es triste acudir a sitios oficiales en Brasil y Argentina para conocer la realidad boliviana… en fin.

Las siguientes dos gráficas muestran el desempeño de la producción de gas en los últimos años, tanto en valor absoluto como la tasa de crecimiento. Se observa que ya son dos años consecutivos que la producción de gas natural decrece o, dicho de otra forma, presenta crecimientos negativos. Sin contar que el año 2015 dicho crecimiento estuvo cercano al 0%. De esta forma, se advierto que el sector hidrocarburífero boliviano no solo “sufre” con precios de exportación bajos (debido a la caída en los precios internacionales del petróleo) si no también, debido a menores volúmenes de producción.

¿Cómo van nuestras exportaciones? Las siguientes gráficas presentan el volumen de exportación, los precios de venta y el valor total de las exportaciones a la República Argentina. Todas estas gráficas se pueden resumir en lo siguiente: pese a que Argentina demandó mayores volúmenes de gas natural el año 2017, los bajos precios de exportación no lograron incrementar significativamente el valor total exportado. Y aún en este contexto, podríamos decir que tuvimos suerte, porque si la demanda de Argentina hubiera sido menor, la situación sería peor… mucho peor.

Con el Brasil las cosas tampoco están bien. La siguiente gráfica muestra la menor demanda de gas natural por parte de Brasil, ésta no llegó ni a los 25 MM de mcd. Ello asociado a menores precios de exportación, hace que el valor de exportación al Brasil probablemente haya disminuido el año 2017, lastimosamente no se dispone de información al respecto, ni en Brasil ni en Bolivia.

Discutir sobre el nivel de reservas es discutir sobre nuestro futuro, lo que no deja de estar bien. Pero es el presente el que también debiera preocuparnos, el sector hidrocarburífero en nuestro país comenzó a mostrar la hilacha a partir del derrumbe en los precios internacionales del petróleo.  

Para finalizar, creo que suena trillado y banal mencionar algo como “es tiempo de tomar decisiones profundas…” o “es necesario repensar el sector hidrocarburos…”, en lo personal creo que esos tiempos ya pasaron y ahora toca minimizar los daños, reunir las tropas y optimizar los procesos, quizás sea tarea de nuevas generaciones sacarnos de este entuerto.  

Mauricio Medinaceli Monrroy

Islamabad, Marzo 1º de 2018

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