Equilibrio en el Mercado de Activos y Relaciones de Pareja: ¿cuándo preocuparse?

Equilibrio en el Mercado de Activos y Relaciones de Pareja: ¿cuándo preocuparse?

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Luego de mucho tiempo estuve reunido con amigos de la universidad, realmente la pasé de luxe y quedaron algunos hechos evidentes, uno de ellos, luego de risas y  «tomaduras de pelo», es que el tiempo avanza demasiado rápido… bueno, hasta aquí nada nuevo en las reuniones de «antaño», quizás lo único sustantivo (para bien) es que no alcoholizamos el gaznate.

Lo entretenido (espero) viene ahora. Luego de comentar y discutir muchas cosas, reflexioné acerca de cómo muchas profesiones pueden explicar por qué un viejito de 90 años puede casarse con una muchacha de veinte, me imagino psicólogos, antropólogos, sociólogos, etc. tienen variadas y entretenidas respuestas. En este sentido, debo decir, que los economistas tenemos algo que hablar y, dado que es un espacio libre «y soberano» (aún), me doy una licencia y dejaré a un lado los combustibles fósiles, que tanto me encantan.

Cuando usted trabaja 8 horas al día y con ello puede comprar lo que se le antoje en el mercado, de seguro piensa que vive una vida justa. En jerga económica (en complicado, vamos a decir) lo que sucede es que usted vende trabajo, a cambio recibe un salario y luego compra bienes y servicios que le hacen feliz… muy feliz. Es un intercambio de activos justo.

Resulta que la vida también puede verse así. Cuando un viejito se casa con una joven, con alta probabilidad, intercambia sus activos materiales (casa, auto, joyas, etc.) por activos «humanos» (belleza, juventud, etc.). Los mercados se equilibran y todos intercambian los activos que poseen: inteligencia, dulzura, jocosidad, juventud, casas, autos, joyas… todos al final del día, intercambiamos activos y somos felices.

¿Cuándo el equilibrio parece romperse? Cuando una de las partes, como en cualquier contrato, siente que «da más que lo que recibe», ahí señor, señora, joven, señorita, comience a preocuparse, dado que el amor filial es infinito, pero el de pareja, es absolutamente mercantil, o cuénteme usted ¿cuándo recibió más de lo que dio?

Cuando usted sienta que uno de los activos que otorga a la «empresa» llamada «relación» es mayor a los que la otra persona ofrece, entonces, la sociedad entra en problemas y ahí cabe renegociar la participación accionaria. Dicho de otra forma, cuando sienta que no le ofrecen lo que usted dio a cambio… quizás es hora de retirarse.

¿Si ello sucede, es tiempo de preocuparse? No… no tanto. Siempre habrán mercados donde usted pueda vender sus activos… o al menos intercambiarlos, lo sabio (quizás prudente) es hacerlo a cambio de otros que tengan el mismo valor, caso contrario su vida será una pesadilla, dado que: 1) o usted no recibirá lo que dio o; 2) su pareja no se sentirá conforme.

La vida de pareja, al igual que cualquier transacción mercantil, es un «toma y recibe indefinido»… cuando ese equilibrio se rompe, prepárese para un ajuste de mercado.

Mauricio Medinaceli Monrroy

La Paz, Enero 26 de 2011

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